miércoles, 11 de junio de 2025

FASE 5: Autoafirmación y libertad - Día 19 – Ya no te pido que me ames como yo quería

 

Día 19 – Ya no te pido que me ames como yo quería

Mamá…

Durante tantos años, esperé que me miraras de cierta manera,
que me hablaras con otras palabras,
que me abrazaras en otros momentos,
que me comprendieras con ese amor que yo imaginaba perfecto.

Y sufrí por lo que no llegó.
Sufrí por esa versión tuya que solo existía en mi deseo.

Quería que fueras más tierna.
Que te acercaras más.
Que no dolieras.
Quería que fueras una mamá que nunca tuviste oportunidad de ser.

Pero ahora, al final de este camino que he recorrido carta a carta…
empiezo a comprender lo más importante:
Tú me amaste a tu modo.
A veces con torpeza, a veces con distancia,
pero también con fuerza, con entrega, con tu forma.

No sé si lo hiciste bien o mal.
Solo sé que lo hiciste con lo que tenías.
Y que si yo sigo esperando algo distinto, me quedo atada al pasado.

“Hoy dejo de pedirte que me ames como yo quería…
y reconozco que ya no soy esa niña que depende de tu manera de amar.”

Hoy me basta con saber que diste lo que pudiste.
Y que yo puedo darme lo que faltó.
Ya no te culpo por lo que no supiste.
Ya no te exijo lo que no supiste nombrar.
Hoy elijo soltar esa exigencia silenciosa que solo me desgastaba.

Porque tu forma de amar no define mi valor.
Porque tu ausencia en ciertas cosas no implica que yo no las merezca.
Y porque al soltar lo que quise de ti, abro espacio para amarme yo.

Ya no voy a construir vínculos para llenar vacíos que tú no llenaste.
Ya no buscaré validación en cada relación.
Ya no voy a mendigar cariño en lugares que solo me recuerdan lo que faltó.

Porque ahora me abrazo yo.
Me cuido yo.
Y me amo sin condiciones.

Gracias por la vida, mamá.
Gracias por lo que sí diste.
Gracias, incluso, por lo que faltó… porque eso me trajo aquí:
a este punto de mi historia donde por fin entiendo que ya soy suficiente.

Hoy ya no te pido que me ames como yo quería.
Porque he descubierto que tengo el derecho, la fuerza y la libertad…
de darme ese amor a mí.

—Tu hija,
la que dejó de esperar…
y empezó a vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario